La familia pide una clínica con su nombre y un amigo dice que compró coca el último día
Muchos admiradores le dijeron: «Descansa en paz». Su propia familia le deseó un «feliz sueño». Pero no. El descanso no es posible cuando te llamas
Amy Winehouse, te mueres a los 27 y empiezas a ser una leyenda. El capítulo de ayer tiene una buena noticia, otra esperada y otra mala. La primera es que los padres de la reina absoluta del soul moderno anunciaron la intención de crear un dentro de desintoxicación con el nombre de su hija. La segunda noticia, la esperada, es que los dos discos de la diva, especialmente el estelar Back to Black arrasa en las listas de ventas. La tercera (y pésima) noticia es que ya empiezan a salir perlas de boca de amigos/conocidos de la diva londinense. Vayamos por partes.
REUNIÓN CON EL GOBIERNO / Según informó ayer el diario The Times, los padres de la cantante del alma vieja (nadie como ella podía hacer semejantes crónicas de desamor) tienen pensado reunirse con los representantes del Gobierno británico para buscar apoyos de cara a la construcción de un centro de desintoxicación con el nombre de la artista, hallada muerta el pasado 23 de julio un mes después de suspender su gira por problemas de adicción. No deja de ser irónico que el futuro centro de desintoxicación (para jóvenes drogadictos sin recursos) lleve el nombre de
Amy Winehouse, que cantó mil veces que no, no, no, que no se sometería a rehabilitación.
El objetivo de
Mitch Winehouse, padre de la cantante, es reunirse tanto con los responsables del Ministerio del Interior como con diputados de la Cámara de los Comunes y convencerles de la necesidad de que «un país rico» como el Reino Unido debe atender a jóvenes drogadictos que carecen de medios económicos (al contrario de lo que le pasó a su hija) para ser atendidos.
ATENCIÓN A LOS JÓVENES / En esas futuras reuniones con los políticos británicos,
Mitch Winehouse no estará solo sino que irá acompañado por los representantes de su hija, así como de
Sarah Graham, actualmente rehabilitada de su adicción a la cocaína. «No sabíamos que
Amy moriría. Pero esperamos que la noticia sirva para demostrar a la gente que la adicción es algo que puede matar a las personas cuando son muy jóvenes y que no hay que esperar a que sea demasiado tarde», aseguró
Graham, quien coincidió con el padre de la diva londinense en el 2009 cuando ambos comparecieron ante una comisión sobre drogas en la Cámara de los Comunes.
Mientras el padre anunciaba su intención de dejarse la piel en el intento de crear un centro de rehabilitación bajo el nombre de su hija, esta seguía cosehando éxitos a título póstumo. En la lista de los discos más vendidos en el Reino Unido se sitúa el magistral
Back to Black (tan bueno que dentro de 10 años seguirá siendo un álbum estelar) repitiendo así el éxito que tuvo cuando salió al mercado, en el 2006. Por su parte, el primer disco de la fallecida,
Frank, está en el puesto número cinco, una posición mucho más ventajosa que cuando salió públicado en el 2005 ocupando el puesto número 13 de los más vendidos.
CRACK Y HEROÍNA / Retomando la mala noticia del culebrón
Winehouse, la prensa británica recogió ayer las declaraciones de
Tony Azzopardi, presunto amigo de la artista que ya ha declarado ante la policía.
Azzopardi, de 56 años, aseguró que
Winehouse le llamó horas antes de fallecer para comprar drogas a un traficante. La artista pagó, según su versión, más de 1.300 euros para obtener crack y heroína. «Nos despedimos con un beso. Parecía estar bien», aseguró
Azzopardi, un viejo conocido de la policía por su historial de drogas y alcohol.
